La incidencia para la transformación de los sistemas alimentarios en América Latina:
Un proceso colectivo
En América Latina,
la alimentación es más que un acto cotidiano: es una expresión de cultura, identidad y conexión con la tierra. Frente a desafíos como el cambio climático, la pérdida de conocimientos ancestrales y la desigualdad en los sistemas alimentarios, la región se encuentra en una encrucijada que exige acciones transformadoras.
Bajo este marco, el proyecto “Mejorando la influencia y las contribuciones del conocimiento indígena hacia la transformación de los sistemas alimentarios en América Latina”, impulsado y financiado por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) y liderado por la Fundación Futuro Latinoamericano (FFLA) en colaboración con la Alianza Clima y Desarrollo (CDKN), propone conectar la sabiduría indígena y prácticas agroecológicas con políticas públicas inclusivas.
La iniciativa se enfoca en construir espacios de interaprendizaje y colaboración sur-sur para potenciar la incidencia y la acción, donde los saberes locales, ancestrales y contemporáneos convergen para generar un impacto colectivo que cruza fronteras y promueve sistemas alimentarios más resilientes, saludables y equitativos.
Cinco proyectos,
cinco caminos,
un propósito.
Para lograr esta transformación, cinco proyectos en América Latina se congregaron en un proceso de interaprendizaje, intercambio y co-creación, aportando su experiencia en diversos territorios, con un mismo objetivo: conectar el conocimiento con las políticas y la práctica y contribuir a la transformación de los sistemas alimentarios de la región para que sean más resilientes, sostenibles y equitativos.
1.
Universidad
Amawtay Wasi
En los territorios indígenas del Ecuador, la resiliencia comienza con el conocimiento ancestral.
La Universidad Amawtay Wasi está trabajando en cuatro pueblos y tres nacionalidades indígenas del Ecuador, incluyendo la nacionalidad Tsáchila y la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Cotacachi. Su proyecto busca fortalecer los sistemas alimentarios indígenas, promoviendo modelos agroecológicos y la soberanía alimentaria a través de la comercialización y el consumo responsable de productos agrícolas.
2.
Ekorural
La agroecología andina como respuesta regenerativa.
Ekorural está liderando un cambio en la agroecología andina, implementando estudios de caso en tres cuencas alimentarias de Ecuador. Este proyecto se enfoca en la transición hacia prácticas agroalimentarias regenerativas, buscando promover la salud, la equidad social y la restauración de ecosistemas.
3.
IPA-LAC
Un diálogo colectivo por la agroecología.
IPA-LAC reúne a siete países de América Latina y el Caribe en un proyecto que adopta la investigación participativa y la justicia epistémica. A través de diálogos horizontales, buscan identificar los vacíos dentro de la agroecología y fortalecer los sistemas alimentarios desde la base.
4.
RIMISP
Centro Latinoamericano
para el Desarrollo Rural
Gobernanza inclusiva e innovación agroalimentaria.
En Bolivia, Guatemala y México, RIMISP empodera a las y los pequeños agricultores indígenas para liderar procesos de gobernanza inclusiva, promoviendo decisiones participativas que reflejan sus realidades y saberes.
5.
Universidad Nacional
de Colombia
La transformación comienza en los territorios.
En Cauca y Nariño, la Universidad Nacional lleva adelante el proyecto “Territorio, comida y vida”. Se trabaja con comunidades indígenas para fortalecer sistemas agroalimentarios que integran la identidad cultural, la soberanía alimentaria y la educación intercultural.
La importancia de
la incidencia:
Caminos colectivos para el cambio
La incidencia política no comienza en grandes instancias, sino en las acciones cotidianas de las comunidades.
Este proceso ha fortalecido la co-construcción de conocimientos, el interaprendizaje y la acción conjunta, consolidando propuestas que responden a las realidades locales y que pueden escalar hacia políticas nacionales y regionales.
“La incidencia política no vista desde el Estado, sino desde la práctica. Para mí la práctica es el sitio de lo social y es donde resolvemos las diferencias de lo que deseo, necesito, y lo que sea posible para avanzar. Y la incidencia es manejar estas tensiones, dentro de uno mismo y entre las personas”.
Stephen Sherwood – EKORURAL
La importancia de la incidencia recae en este enfoque multidireccional que busca la participación activa y equitativa, reconociendo la importancia de integrar los saberes ancestrales en la toma de decisiones. Desde redes agroecológicas hasta gobernanza comunitaria, cada proyecto construye caminos de incidencia política en su propio contexto.
“La incidencia es realmente dejar huella en las comunidades”.
Andrés Tombé Morales – Universidad Nacional
de Colombia
“La incidencia en una palabra es generar cambios”.
Rodrigo Yánez Rojas – RIMISP
Como aporte clave del sur global, se
identificaron cuatro espacios de incidencia que permiten entender mejor las dinámicas
en América Latina:
Incidencia Familiar / Comunitaria: Raíces sólidas para el cambio
La transformación comienza en casa, en los territorios, a través de la organización comunitaria, la revitalización de saberes ancestrales y la adopción de prácticas agroecológicas. Aquí, se generan acuerdos internos, donde las familias y comunidades son el corazón del cambio, recuperando su autonomía alimentaria y su relación con la tierra.
Incidencia subnacional: Articulando el territorio
A nivel territorial, la articulación entre actores locales, municipios y provincias permite traducir las necesidades comunitarias en acciones concretas. El ordenamiento territorial, la gobernanza participativa y la educación agroecológica son claves para fortalecer la resiliencia de los sistemas alimentarios en cada territorio.
Incidencia nacional: Influyendo en políticas públicas
Incidencia regional y global: Tejiendo redes de colaboración
El cambio se amplifica cuando las voces de las comunidades trascienden fronteras. Las alianzas regionales y la participación en foros internacionales permiten posicionar el conocimiento indígena y agroecológico como una solución clave frente a los desafíos globales, como la sostenibilidad y el cambio climático.
Un proceso colectivo
hacia la incidencia en
los sistemas alimentarios
“Este proceso de interaprendizaje ha sido bastante enriquecedor; creo que nos llevamos herramientas importantes de aplicación, metodologías de generación de procesos a nivel de nuestro proyecto, así como todas las experiencias que hemos recogido. Nos han permitido saber que sí es posible llegar a cumplir con nuestros objetivos”.
Elisa Cofre – Universidad Amawtay Wasi
Creando espacios para el interaprendizaje
El conocimiento cobra vida cuando se comparte.
Los espacios de interaprendizaje generados a lo largo de este proceso no fueron simples encuentros, sino momentos de construcción colectiva que marcaron el camino hacia la transformación de los sistemas alimentarios. En estos espacios, se entrelazaron el saber ancestral, la experiencia práctica de las comunidades y metodologías innovadoras, creando un entorno propicio para el intercambio de ideas y el fortalecimiento de capacidades.
A continuación, presentamos los materiales clave que nacieron de este proceso, diseñados para seguir fortaleciendo las capacidades y conocimientos de quienes trabajan por la transformación de los sistemas alimentarios.
1.
Sistematización del
taller en Yunguilla
Un documento que recoge los aprendizajes, metodologías y reflexiones del proceso.
2.
Video de metodologías
participativas
Un recorrido visual que muestra cómo se aplicaron las metodologías de co-creación y diálogo.
3.
Álbum fotográfico
del proceso
Un registro visual que refleja los momentos clave del interaprendizaje y la colaboración.
4.
Repositorio del
curso de Comunicación
Un espacio con recursos y materiales creados en el marco del curso de comunicación estratégica.
Un futuro sostenible
desde la raíz
Este proceso ha sentado las bases para una transformación alimentaria que valora lo ancestral y local, respeta la diversidad y promueve la resiliencia. Con este conocimiento como motor del cambio, el camino hacia sistemas alimentarios más justos y sostenibles está en marcha, inspirando nuevas acciones y alianzas en América Latina y el mundo.



